sábado, 28 de junio de 2003

Objeciones

No valía la pena aprender a deletrear su nombre para luego descubrir que lo que quería decir era esto.

Sócrates era un hombre feo, enfermo, por tanto su doctrina era una doctrina enferma, fea. Con ella corrompió a los bellos griegos. Entonces ¿Un filósofo sifilítico sólo puede pensar doctrinas sifilíticas? ¿Un escultor delgado sólo puede hacer figuras como las del greco?

La filosofía ha errado al ser humano haciéndole pensar en conceptos como el mundo real y el de los sentidos. Esa distinción debería desaparecer. Sin embargo casi nadie de las personas que conozco piensa en ella, mucho menos debía hacerlo el pueblo en los tiempos anteriores a Nietzsche. Se trata de una cuestión escolástica, universitaria. ¿Ha hecho tanto daño esa reflexión a la historia del hombre? ¿Es necesario extirpar ideas para ser felices o nuestras bibliotecas y facultades tienen hueco para todas las que quieran añadirse sin temor a la indigestión?

La religión india es sana porque separa las castas de hombres y los parias no pueden ni beber el agua de las fuentes ni comer el fruto de los árboles. Mientras que los arios tienen derecho a lo mejor, como debe ser. En cambio la religión hebrea es la moralidad impuesta por los parias que pretenden someter a los arios rubios y guapos. Yo no soy ario ¿me interesa personalmente la deliciosa religión indú que me obliga a comer sólo cebollas y rábanos? ¿Y por qué no se las come Nietzsche y yo escribo filosofía?

Nietzsche. El ocaso de los ídolos.

viernes, 13 de junio de 2003

Lo que hay que leer

Dado lo breve de nuestra vida y lo extenso de nuestras bibliotecas, Bloom se propuso la tarea de elaborar una lista donde cupiera lo esencial. No debía exceder de 24 autores.

Bloom se salta en su estudio la Edad Teocrática, que abarca los antiguos textos sumerios y egipcios, la Biblia, Homero, Platón, los dramaturgos atenienses, Virgilio, el Corán y la Edad Media europea. Su capítulo sobre la Edad Aristocrática se ocupa de Dante, Cervantes, Chaucer, Shakespeare, Milton, Montaigne, Moliere, Samuel Johnson y Goethe. La Edad Democrática abarca sobre todo el siglo XIX: los autores que elige son Wordsworth, Jane Austen, Dickens, George Eliot, Tolstói, Ibsen, Emily Dickinson y Whitman. Finalmente, se ocupa de la Edad Caótica, cuyos autores centrales son Freud, Joyce, Proust y Kafka, a los que Bloom añade en su estudio a Virginia Wolf, Borges, Neruda, Pessoa y Beckett.


Carlos Gamerro. Harold Bloom y el canon literario.
Literary Critic tiene el canon completo con edades y con otras listas.