Google acaba de crear un portal de noticias que sirve para husmear toda la actualidad. Yo suelo visitar esta página americana que hace de portal de críticas de cine, hay portales especializados en todos los temas. Pero ¿Y si uno busca un portal para conocer toda la cultura? Entonces uno tiene que leer a Borges. Una página de Borges es un lugar ideal para empezar a navegar por los libros y bibliotecas que se escribieron hasta culminar en él. Cualquiera diría que él lo leyó todo, y sus textos nunca andan faltos de enlaces. Incluso si no te gusta Borges, ni sus tigres, ni sus laberintos, es difícil resistirse a su cultura. Así que recomiendo al lector que abra uno de sus libros, y que no deje de pinchar.Era muy religioso; creía tener con el Señor un pacto secreto, que lo eximía de obrar bien, a trueque de oraciones y devociones.
(Emma Zunz)
Borges. El aleph
No cabe duda que muchos de los problemas que tenemos ni siquiera vienen de la realidad sino de nosotros mismos. Marco Aurelio enseña a encarar la realidad con buen ánimo. Él sabe que hay que hacer para soportar a la gente insoportable. No vale la pena oponerse a la naturaleza. No sirve de nada enfurecerse con una avispa porque pique, es su naturaleza.
Ortega y Gasset tiene un ensayo no muy extenso sobre el tema del amor. Dedica un apartado al enamoramiento que desdeña como una obsesión tonta:
En El americano impasible, Greene nos presenta a dos occidentales enamorados de Fuong, una vietnamita. Fowler es más viejo y comprende a la chica. Pyle es un americano joven e ingenuo que interpreta todo con una lógica occidental. El americano vive su amor como un deseo de proteger a la joven.
Siempre me he preguntado cómo pasa el tiempo dentro de una lata de sardinas. Desde luego, más despacio que afuera, pues algunas no caducan hasta el año 2003 o 2004. Una barbaridad. Sin embargo, en el momento mismo de abrirlas entra el tiempo en ellas y a los dos días te asomas a su contenido y da asco, aunque la hubieras guardado en la nevera. Una lata de sardinas cerrada es un tesoro temporal. Estamos acostumbrados a verlas formando montañas en el supermercado y no les damos ningún valor, pero pruebe usted a sostener una en sus manos, sin abrir desde luego, y verá cómo le llega algo de su misterio. Y quien dice de sardinas dice de almejas o de mejillones, el contenido da lo mismo con tal de que no sea de anchoas, que al tratarse de una semiconserva necesita una temperatura más cruel que la medioambiental.