El rasgo más remarcable de esta guía del cine es su presentación. Cada hoja muestra una cara con un póster de la película y una crítica en la otra. Su mejor baza es el gran número de redactores, de los cuales sólo me era familiar Manolo Marinero que escribe para el suplemento de El Mundo, Metrópoli.
Así pues a pesar de la variedad de autores hay una característica común, la extensión. Discrepo de casi todo lo que leo, no tanto en el veredicto, que me importa poco, como en el énfasis. Son subrayables por la información que aportan la de “Billy Elliot”, “La habitación del hijo”, “Harri, un amigo que os quiere”.
Azucena Merino hace una enumeración estúpida para hablar de una película no menos estúpida que es “Lucía y el sexo.” Mi pregunta es si la tal Azucena no era capaz de más, o si bien llegó la conclusión de que una obra sin pies ni cabeza requiere un comentario a su altura.
Jacinto Uceda pone “El planeta de los simios” en lugar exacto que le corresponde porque es más capaz que yo de refrenar su mala leche.
El mérito de Hilario J. Rodríguez es haber hecho una crítica de “Silencio roto” más interesante que la película. Esa pirueta que intenta de nuevo en ese envase vacío que se llama “Tigre y dragón”, no se sale con la suya.
Juan Miguel Perea no ha apreciado el verdadero valor del cine cuando le toca comentar “Visionarios”. Espero que la posteridad haga más justicia a esta película que sus contemporáneos.
Rentero. Todos los estrenos de 2001.