domingo, 11 de mayo de 2003

Una hermosa pierna intocada

LA INFANCIA de Sacks fue una sucesión de catástrofes a las que sobrevivió gracias al descubrimiento de la Tabla Periódica, en cuya contemplación, halló una suerte de orden que le compensaría del desbarajuste general reinante. Se entenderá la importancia de este descubrimiento si añadimos que el autor de "Despertares" nació en una Europa devastada física y moralmente, se educó en un internado que parecía el correccional de un cuento de Dickens, y padeció a una familia que, estando completamente loca, era completamente normal al mismo tiempo (una mezcla de contrarios, por otra parte de lo más común).

La madre de Sacks llegaba a casa del trabajo con el bolso lleno de frascos de formol en cuyo interior flotaban fetos que colocaba sobre la mesa para desmontarlos en compañía de su hijo. Obsesionada con la idea de que aprendiera anatomía, lo entregó a una forense que el primer día de trabajo lo puso frente al cadáver de una niña de su misma edad (14 años). “Ya habían diseccionado parte de la chica, pero había una hermosa pierna intocada por la que podía empezar”, cuenta Sacks en su biografía, o su biopsia, según se mire, recién aparecida entre nosotros.

El caso es que empezó por esa hermosa pierna y ya no pudo parar de diseccionar la realidad. Todavía sigue. Si usted tiene interés en conocer la historia del alumbrado; la de la química; la física; la de la fotografía; si usted quiere saber la diferencia entre una mezcla y un compuesto; entre cultura literaria y científica; entre zootropo y taumatropo; entre bario y estroncio; si usted se ha preguntado por el sexo de los cefalópodos o por la particularidades entre la luz frías y la caliente, usted debería ir corriendo a la librería de la esquina y adquirir este hermoso libro cuyo autor, no contento con habernos dado títulos como “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" o "Un antropólogo en Marte", reincide ahora, sin duda para que le queramos más, con esta autobiografía en la que, al hablar del tungsteno, parece que habla del alma. Buen viaje.


Juan José Millás. Babelia | 10 mayo, 2003

martes, 6 de mayo de 2003

La bitácora más antigua del mundo

En 1660, Carlos II vuelve a Inglaterra de su exilio tras la derrota de Cromwell y se inicia el periodo llamado de la Restauración. Hartos de gobierno puritano, igual que los españoles del 75, los ingleses reciben al nuevo rey como un soplo de aire fresco y una apertura en las costumbres. El teatro ve por primera vez a mujeres interpretando a mujeres. Fruto del desarrollo de la individualidad, la escritura de diarios cobra importancia, varios cronistas escriben sus diarios con los hechos cotidianos. Samuel Pepys comenzó el suyo el 1 de enero de 1660. Durante nueve años compuso el que hoy se considera el mejor diario de la historia de la literatura. Estas son algunas razones de ese puesto que da Prieto Pablos.

Formal y estructuralmente, el diario de Pepys es perfecto. Las causas de tal perfección se han comentado con diverso acierto en otros ensayos, por lo que no creo necesario entrar con detalle en el tema. Baste decir que Pepys, a lo largo de las anotaciones diarias de nueve años (1660-1669), combina en porcentajes ideales contenidos sobre su propia vida, sobre hechos de carácter publico, y comentarios sobre los mismos, consiguiendo así un retrato multifacético de la vida londinense durante la Restauración. En los miles de páginas que lo componen, se incluyen detalles tanto de su vida privada (sus relaciones con su mujer y sus sirvientes, su vida sexual, sus aficiones por la música, los libros o el teatro), como de su vida profesional (desde secretario personal de Mountagu, Earl de Sandwich, hasta funcionario en diversas escalas del Ministerio de Marina), su vida social (los desayunos y comidas en pubs, las representaciones teatrales u operísticas, los paseos por St. James y el Parlamento, sus visitas a la Royal Society, sus sesiones musicales) o la de la propia Corte de Carlos II (las aventuras amorosas del rey, las reuniones en casas de cortesanos, los rumores-noticia palaciegos), además de sucesos locales (juicios contra antimonarquicos, la peste, el incendio de Londres) y los sucesos de orden histórico (la restauración monárquica, de cuyos pasos fue testigo directo Pepys; las guerras contra Holanda; las relaciones internacionales) Todo ello con un estilo simple, claro y fresco, atractivo por sí mismo, en el que predomina la exposición objetiva sobre la subjetividad.


Phil Gifford, un experto en el diario de Pepys ha tenido la idea de verterlo en Internet utilizando Movable Type. Pepys empieza el 1 de enero del 1660, Gifford, el 1 de enero de 2003. Cada día sube al weblog el texto correspondiente a ese día de 1660. Los lectores pueden usar los comentarios como en cualquier bitácora, y la versión es tan rigurosa que no faltan ni una nota explicativa para entender todo lo que mencionaba Pepys.

El incendio de Londres de 1666 debe en parte su fama al relato que hace Samuel Pepys. Así que si quieren leer dicho relato les recomiendo que esperen al 2 de octubre de 2009 y tendrán cumplida noticia.

Bernd Dietz. Estudios literarios ingleses.
La bitácora se llama The Diary of Samuel Pepys
La BBC escribió un artículo sobre el tema: 'Why I turned Pepys' diary into a weblog'
Y el diario completo se puede descargar de esta dirección.