jueves, 16 de septiembre de 2004

El humor de Chejov

Como dice Kundera, lo más difícil de explicar a un lector es el humor. En literatura, el autor no puede guiñar un ojo, sonreír, o hacer gestos, por eso los textos más hilarantes empiezan pareciéndonos textos serios. Ocurre como con las imágenes del “Ojo mágico” que estuvieron tan de moda y ya no se ven por ninguna parte; uno tiene que esperar pacientemente hasta que el ojo se acostumbra al laberinto que tiene delante y se relaja, entonces puede ver el fondo.

A Chejov se le puede leer con seriedad, sus escenas son insignificantes, están llenas de nombres rusos que cuesta recordar y vacías de descripciones que nos hagan entrar en calor. Pero cuando uno se acostumbra a su humor humano, se convierte en una lectura llena de gracia. Chejov es el rey del understatement, de la historia sencilla que encierra algo debajo. Su estilo se ciñe a una voz narradora y muestra el mundo tal como esta voz lo percibe, raras veces añade juicios, y juega a muchos juegos con esa técnica impresionista. Sólo hay que darle un poco de tiempo, y luego no quiere uno dejar de leerle.

Antón Chejov. Historia de una anguila y otros cuentos.
Artículo en El Cultural.
Algunos cuentos en Internet.

viernes, 10 de septiembre de 2004

La asertividad de Borges

Uno de los méritos de Borges, y de google, es el de haber convertido un mundo de páginas infinitas en un mapa asequible para el resto de los mortales. Borges es el gran destilador de la cultura occidental, el buscador de oro.

Su Introducción a la literatura norteamericana tiene 130 páginas pero en una obra más larga no encontrará una idea más amplia del asunto. Borges leyó tanto que uno puede confiar en su selección de autores, de anécdotas y de obras. Tanta condensación lo hacen difícil, como lectores estamos acostumbrados a leer con desgana autores que se alargan sin necesidad. Para entender a Borges hay que tener presente que cada coma es indispensable.

Borges es uno de los autores más asertivos que conozco. ¿Cómo pudo ser tan seguro un hombre encandilado con las dudas de Berkeley y con el escepticismo absoluto? La mayoría de los cuentos y ensayos de Borges acaban con un destello idealista: el mundo, propone, podría ser una ilusión. Pero aunque el mundo fuera un sueño, no cabe duda que cada sabio, cada autor vio en ese sueño algo distinto. La seguridad de Borges no reside en sus convicciones, ni en la fe en algo discutible, la seguridad de Borges reside en la palabra, no sabe si el mundo es una sombra proyectada en una caverna, pero él sabe que un filósofo lo vio así. Sus verdades tienen siempre un valedor, un sujeto que las afirma. Se pueden discutir las ideas de sus citas pero no se puede discutir que él las leyó y que otro las afirmó.

La seguridad de Borges no reside en que supiera más que los demás, sino en que era más consciente que los demás de sus propios límites.

FENIMORE COOPER. Su prosa palabrera, abarrotada de vocablos de origen latino, reúne todos los defectos y ninguna de las virtudes del estilo de su época. Hay un contraste incómodo entre la violencia de los hechos narrados y la lentitud de su pluma. Stevenson generosamente nos dice Cooper is the wood and the wave (Cooper es la selva y la ola).

Jorge Luis Borges. Introducción a la literatura norteamericana.