jueves, 30 de octubre de 2003

La realidad y la ilusión

Elías dedica un post reciente de su bitácora “La lengua”, al problema tan literario y cinematográfico de la realidad y de la ilusión. Recuerda Matrix, Total Recal y algunos orígenes literarios como Calderón. Es cierto que la lista podría alargarse interminablemente, pero yo me he propuesto hablar de los autores contrarios, de aquellos que quisieron demostrar que este mundo no puede ser soñado.

Como bien cita Borges: “Hume demostró para siempre que los argumentos de Berkeley no admiten la menor réplica y no producen la menor convicción.”

Rusell se dio por vencido sin consolarse. Decía que la posibilidad de que todo lo que sentimos sea falso no puede ser refutada.

Y por fin llego a Sartre, la joya que me encontré este verano. Sartre dice que hay una prueba de que el mundo no es una alucinación: la vergüenza. Si estuviéramos a solas con nosotros y nuestro sueño, entonces no nos importaría que otros nos vieran, porque ellos serían parte de nuestro sueño.

Borges, Discusión. “La postulación de la realidad”.
Bertrand Rusell. Los problemas de la filosofía.
Nigel Warburton. Filosofía básica.

*Nota: Elías, te comento que usé la hora y no el "permalink" para enlazar el post.
;)

viernes, 24 de octubre de 2003

El secuestro extravagante

Medio muerto de inanición, Kermit Kroll entró tambaleándose en el salón de la casa de sus padres quienes le esperaban ansiosos en compañía del inspector Ford.

–Gracias por Pagar el rescate, familia –exclamó Kermit–. Nunca creí salir vivo de allí

–Cuénteme lo que pasó –dijo el inspector Ford.

–Iba hacia el centro para que me ahormasen el sombrero cuando se paró un sedán y dos hombres me preguntaron si quería ver a un caballo que sabía recitar la Declaración de Gettisburg. Contesté que bueno y subí. Luego ya no sé más excepto que me dieron cloroformo y me desperté atado a una silla y con los ojos vendados.

El inspector Ford examinó la nota de rescate: «Queridos mamá y papá: Dejad 50.000 dólares en una bolsa debajo del puente de Decatur Street. Si no hay puente en Decatur Street, por favor construid uno. Me tratan bien, tengo alojamiento y buena comida, aunque ayer por la noche las almejas de lata estaban demasiado cocidas. Enviad el dinero rápidamente, porque si no se sabe de vosotros dentro de varios días, el hombre que ahora me hace la cama me estrangulará. Os quiere, Kermit. P. S. Esto no es una broma. Adjunto una broma para que podáis apreciar la diferencia.»

–¿Se le ocurre alguna idea acerca de dónde le tenían encerrado?

–No. Oía sólo un ruido extraño fuera de la ventana.

–¿Extraño?

–Sí. ¿Conoce el ruido que hace el arenque cuando se le cuenta una mentira?

–Hmmm –murmuró el inspector Ford–. ¿Y cómo consiguió escapar por fin?

–Les dije que quería ir al béisbol, pero que tenía sólo una entrada. Me dijeron que bueno, con la condición de que llevase la venda puesta y prometiera volver a casa antes de medianoche. Así lo hice. Pero al tercer cuarto de hora los Gigantes llevaban mucha ventaja, así que me fui y me vine para acá.

–Muy interesante –exclamó el inspector Ford–. Ahora sé que este secuestro ha sido fingido. Creo que lo ha preparado usted para repartirse el dinero.

¿Cómo lo descubrió el inspector Ford?


[La solución arrastrando el ratón entre las dos almohadillas]
#Aunque Kermit Kroll vivía aún con sus padres, éstos contaban ochenta años y él sesenta. Unos secuestradores de verdad jamás raptarían a un niño de sesenta años, ya que no tiene sentido.#

Sin Plumas. Woody Allen.

martes, 14 de octubre de 2003

La honradez de Borges


He oído en muchas ocasiones elogiar a Julio Verne por su capacidad de anticiparse a cachivaches que se inventaron un siglo después, pero todavía no he oído elogiar a Borges por el modo que anticipó lo que hoy día es la web.

En el Aleph, Carlos Argentino Danieri enseña a Borges un rincón de su casa desde el cual todos los puntos del planeta son visibles. Los dos guardan el secreto de este “browser” casero. En La Biblioteca de Babel, el universo es una colección de páginas con todas las combinaciones posibles de sus letras. El protagonista imagina que existe un libro que contiene el índice de todos los libros y los hombres se lanzan en su búsqueda. Estos personajes no adoran a Dios, adoran a google.

El sentido de muchos textos de Borges se parece a esas bitácoras que te proponen ahorrar tu tiempo navegando por ti. Borges leyó más que nadie y el mayor placer de sus textos lo ofrece su capacidad de condensación. Incluso su estilo es conceptista, no malgastó un solo adjetivo; muchos de sus párrafos contienen la esencia de una gran obra. Si uno no tiene tiempo o ganas de leer toda la poesía griega o la filosofía cristiana, o la obra de Averroes, puede acercarse a Borges, igual que a una de esas bitácoras que comentaba.

Pero los autores que ofrecen una versión de la realidad nunca utilizan un espejo objetivo. Todos los escritores ofrecen una versión deformada o embaucadora, y no sólo lo hacen los escritores. Cuando alguien comenta una noticia, suele hacerlo porque esta respalda su forma de pensar o sus ideas políticas, o porque quiere convencernos de algo.

El gran mérito de Borges, por encima, incluso de su prosa inimitable, está en el modo en que abordó la tarea, en su honradez. Cada vez que he tenido la ocasión de contrastar un libro con la versión de Borges me ha quedado clarísimo lo limpio que jugaba.

jueves, 9 de octubre de 2003

Los cinco en Bolivia

Matilde Asensi ha recurrido a un viaje por el pasado aimara de Bolivia para narrarnos lo que en realidad es un episodio más de los cinco de Enid Blyton.

Daniel Clifford, el hermano del protagonista es profesor de universidad, estudia aimara y cae presa de una maldición en esta lengua. Su hermano investiga la lengua y la historia de este pueblo. El aimara, al parecer es considerada por algunos la lengua primigenia, el origen de todas las lenguas. Su estructura tiene una lógica sorprendente. El protagonista, decide viajar a Bolivia para encontrar una solución que devuelva la salud mental a su hermano.

La enfermedad y la expedición son una excusa para divagar y entretener sobre la lengua aimara y el pasado de los pueblos precolombinos. Asensi ha aprendido de Pérez-Reverte que se pueden llenar quinientas páginas de novela a costa de documentarse en temas interesantes. Sin embargo sus resultados están muy por debajo del periodista por muchas razones. Pérez-Reverte no se cierra en un solo tema como ella hace con la lengua aimara y la cultura de los brujos yatiris. Él siempre elige la tercera persona que es una apuesta seria. Elige ser narrador y asume la responsabilidad omnisciente. Matilde Asensi habla en primera persona y ofrece toda su documentación en forma de conversaciones, charadas y chanzas, lo cual no la obliga a ser rigurosa ni tampoco al lector a apasionarse con la lectura. Pero sobre todo, los diferencia que Pérez-Reverte no se pondría a dar saltos de alegría por descubrir una página con google o una contraseña en los caracteres especiales del ASCII. Matilde asensi debería haber refrenado sus arrebatos infantiles cada vez que descubre donde la mamá escondía los pasteles.

Hay autores que saben contagiar la sensación de lo vivido aunque no estuvieron allí, pero no es el caso de Matilde Asensi que hace poco o nada creíbles sus ciudades milenarias y pirámides sacerdotales. Cada episodio deja demasiado al descubierto su carácter de juego y con ello su inverosimilitud. La frivolidad llega a su cenit cuando los personajes quieren hacernos creer que tienen conflictos o que riñen, parecen más bien una panda de repipis celebrando una fiesta de cumpleaños.

La idea de una lengua primigenia cuyos sonidos no son convenciones ni tampoco alusiones al objeto, sino propiedades del mismo no pertenece sólo al aimara. Los hebreos creían lo mismo, por eso dieron tanta importancia a la búsqueda del nombre verdadero de dios, del cual se encargaba la cábala.

Matilde Asensi. El origen perdido. Ed. Planeta. 558 páginas.

lunes, 6 de octubre de 2003

Bushismos

Puede que algún día olvide las decisiones políticas que tomó pero estoy seguro de que la posteridad nunca le perdonará que fuera capaz de escribir una cosa así:

Roses are red

Roses are red
Violets are blue
Oh, my lump in the bed
How I've missed you.
Roses are redder
Bluer am I
Seeing you kissed by that charming French guy.
The dogs and the cat, they missed you too
Barney's still mad you dropped him, he ate your shoe
The distance, my dear, has been such a barrier
Next time you want an adventure, just land on a carrier.


George W. Bush

sábado, 4 de octubre de 2003

Propuestas para un nobel español

Con la idea de saber qué escritor español merecería ganar este galardón, hemos realizado la siguiente encuesta;

ROSA MONTERO: Siempre he pensado que mi maestro contemporáneo en narrativa (y no solo mío) es Juan Marsé. Su capacidad de contar historias, la estructura, el estilo, los personajes... es un narrador inmenso".

CARLOS RUIZ ZAFÓN: La única y gran virtud de los premios, cualquiera que sea su apellido, es la de encontrar lectores a obras y autores que de otro modo quizás se hubieran perdido en el olvido. Siempre me ha parecido que la historia del Nobel es una saga plagada de galardones politicamente correctos, omisiones sin cuento y grandes oportunidades desperdiciadas. Por eso, en ese afán de recuperar y ampliar la audiencia para obras y autores que lo merecen de sobra y aunque tal vez sea pedirle tres peras al olmo, me gustaría verlo corregido y aumentado con efecto retroactivo y otorgarlo a titulo postumo a Mercé Rodoreda, una autora capital que lamentablemente aún no ha sido descubierta por muchos".

ROSA REGÁS: "A mi modo de ver, aunque el Premio Nobel es el más conocido, no es precisamente el más justo, por lo menos no en literatura. Aún así, yo no tengo un candidato sino tres. Ana Maria Matute, que tiene una trayectoria impecable y ha sabido crear un mundo coherente y creíble de inspiración lúdica y fantástica a veces. Juan Marsé, artífice de una ficción que tiene sus raíces en nuestra memoria y en nuestros sentimientos. Y Manuel Vázquez Montalbán, el más universal de nuestros escritores, el que tiene un espectro más amplio de personajes, contenidos y ambientes.

JAVIER CERCAS: 'Como Mario Vargas Llosa también es español, Vargas Llosa. Por obvias razones: la más obvia es que deberían habérselo dado hace veinte años".

FERNANDO SAVATER: Hay dos autores que, a mi juicio, lo merecen. Uno es Vargas Llosa, uno de los tres o cuatro mejores novelistas que hay hoy en el mundo y en cualquier lengua. Otro, Rafael Sánchez Ferlosio, un exquisito y profundo autor minoritario que, gracias al Nobel, dejaría de serlo".

FÉLIX DE AZÚA: "Yo se lo hubiera dado a Claudio Rodríguez, pero como no es posible, que se lo den a Rafael Sánchez Ferlosio"

JESÚS BADENES: (director general de la División de Librera del Grupo Planeta): En mi opinió, algunos de los requisitos que deben reunir los candidatos al Nóbel son los siguientes: contribución al desarrollo y difusión de una lengua, a través de una creación literaria de calidad, y carácter de referente Para escritores jóvenes Para mi, estos elementos se encuentra en Miguel Delibes (en lengua castellana); Baltasar Porcel (en catalán) y Pere Gimferrer (tanto en castellano como en catalán, y tanto en poesía como en narrativa)"

Qué leer, septiembre 2003

jueves, 2 de octubre de 2003

No poseer en propiedad muchas de las cosas que gustan

Se disfruta más de ellas si son ajenas. El dueño sólo goza el primer día, los extraños los demás. Las cosas ajenas se disfrutan doblemente: el riesgo de dañarlas no existe y sí el placer de la novedad. Todo sabe mejor con privación: el agua ajena parece néctar. Poseer las cosas, además de disminuir el disfrute, aumenta el enfado por prestarlas o por no hacerlo. Tener cosas es mantenerlas para los demás. Se ganan más enemigos que agradecidos.

Baltasar Gracian. Oráculo manual y arte de la prudencia.