martes, 19 de marzo de 2002

El orden cronológico

Cuando uno quiere hablar de historia siempre tiene que elegir entre abordar la narración concentrándose en un número de aspectos y personajes para ver su evolución, o ceñirse a cronología para hacerlos entrar y salir de escena siguiendo la sucesión de los hechos. El orden cronológico es el que elige Asimov. El resultado demuestra que es mucho menos claro que el temático.

Como narrador de hechos históricos Asimov se permite muchas libertades. En varias ocasiones afirma como hubiera sido la historia sin tal o cual acontecimiento, en otras ocasiones hace una valoración o un comentario personal que resulta más que discutible.

Y sin embargo, sigo recomendando su lectura. La historia no debería ser patrimonio de la ciencia. Los aficionados que se acercan y la cuentan sin la autoridad de un erudito también tienen su lugar. Todo es cuestión de leerlos sabiendo que no es la última palabra. Como cuando uno escucha una noticia de boca de un amigo.

Isaac Asimov. Los griegos

viernes, 15 de marzo de 2002

Un manual de ignorancia

La Enciclopedia Álvarez regoge un extenso muestrario de la ignorancia a la que se invitaba a los escolares del postfranquismo. En aquel entonces, un alumno era despachado con una palmadita si era capaz de recordar que Platón era un sabio al que llamaban "El divino" y que le gustaba frecuentar plazas y talleres para enseñar. El alumno debía recordar esta y alguna otra anecdota para pasar la mañana y debía ser capaz de pintar un rótulo amanerado para completar su ración de cultura. La imaginación, en aquella época no tenía otros colores que los cuatro básicos de la portada. Unos dibujos naif, obra el mismo narrador, eran la única ventana al mundo lejano que se estudiaba.

Es chocante pensar que un muchacho capaz de leer y memorizar este tipo de trivialidades pudiera considerarse más ilustrado que otro que no lo hacía.

La divagación me lleva por derroteros peligrosos. Llego a preguntarme que tienen nuestros libros de consulta que sea digno de envidia de Álvarez. Más palabras, más colores. Acaso las demás enciclopedias no sean tan distintas de la de Álvarez, con su afán por enlatar la ignorancia en un conjunto de afirmaciones sostenidas con firmeza.

Enciclopedia Álvarez. Tercer Grado

sábado, 9 de marzo de 2002

Una guerra que pudo haber cambiado el mundo


En el año 490 A.C. se produjo la batalla de Maratón. El rey persa Dario I no quería olvidar que los griegos habían prestado su ayuda a las colonia del Egeo cuando se rebelaron. Envió un ejército de castigo que atravesó el territorio sin obstáculo hasta llegar a la famosa llanura. Los griegos habían pedido ayuda a los espartanos, pero estos tenían que esperar a la luna llena para deliberar y no había tiempo.

Cuando Milcíades atacó a los persas, por alguna razón ellos habían dejado la caballería embarcada de modo que los hoplitas griegos tuvieron la ventaja de su equipo pesado y vencieron.

Dario murió sin ver a los griegos sometidos. Su hijo Jerjes acometió la tarea. Envió un ejército que los historiadores cifran en más de 200.000 hombres. Atravesaron Macedonia y Tesalia sin resistencia. En el estrecho paso de las Termópilas un pequeño grupo de espartanos pudo luchar con ellos porque la estrechez del territorio imponía una lucha cara a cara. Aunque fueron derrotados siempre quedaría como una expresión del valor espartano.

Los persas derrotaron a los griegos por tierra y quemaron Atenas. Los atenienses huyeron en barco y plantaron cara en el mar. Jerjes rodeo a los griegos en el estrecho de Salamina, donde los trirremes griegos maniobraban mejor y vencieron.

Son tres batallas inmortales de la historia. ¿Qué hubiera ocurrido si los griegos pierden? No hubiéramos conocido la democracia ateniense, ni su cultura. El mundo actual sería completamente distinto.

Los griegos
Isaac Asimov

jueves, 7 de marzo de 2002

Millás

La página oficial de Juan Jose Millas dentro del clubcultura es un modelo de página de escritor. Sus mejores relatos, los "articuentos", aparecen a diario desde hace un año y se pueden leer todos. Su foro está lleno de devotos, él participa de cuando en cuando.

¡Si tan sólo le quitaran la música!

domingo, 3 de marzo de 2002

Platón

En su juventud, Platón se limitó a seguir y reproducir la palabra de su maestro, Sokrates. "Apología de Sokrates" recoge su discurso ante la asamblea durante su juicio, en el "Kriton" el sabio se niega a huir. Cuatro diálogos tempranos pretenden definir respectivas virtudes, "Lakhes" habla del valor, "Kharmides" de la templanza, "Hipias Menor" de la mentira. "Ion" estudia la poesía, "Protagoras" es el diálogo más acabado de su juventud, defiende la posibilidad de aprender la política como un arte o enseñanza.

Durante su viaje a Italia conoce a los pitagóricos que le influirán para siempre. Escribe "Gorgias" sobre la retórica. El "Menon" dialoga de nuevo sobre la posibilidad de transmitir un arete, y aparece la idea de la transmigración de las almas.

De vuelta a Atenas, Platon funda la academia, que a diferencia de las sociedades pitagóricas no es secreta ni dogmática. Allí escribe sus obras fundamentales. El "Faidon" remite de nuevo a las últimas horas de Sokrates y discute sobre la inmortalidad del alma alegando tres pruebas. "El simposio" expone los elogios del amor que hacen varios comensales. "La república" es la obra más extensa, en ella perfecciona algunos temas de otros diálogos, pero su tema principal es la justicia. "Faidros" habla de la belleza, el amor, el alma y la retórica.

En "Parmenides" formula la teoría del tercer hombre. En el "Theaitetos" honra al famoso matemático, intenta definir que es el conocimiento y aborda los números irracionales. "El sofista" y "El político" tratan de defender la academia como algo diferente de los sofistas, el primero de ellos reflexiona sobre el "ser" de Parménides y repara en las trampas del lenguaje.

Dion, el gran amigo de Platon, lo convenció para que fuera por tercera vez a Siracusa cuando ya tenía 66 años. Una vez allí fue retenido contra su voluntad varios años que el sabio dedicó a perfilar sus teorías, que escribiría a su regreso. "El Timaios" es una enciclopedia del saber de su tiempo, y el único texto conocido en la Europa medieval. En el "Filebos" aparece la que Aristóteles llamará la materia prima. "Kritias" introduce el mito de la Atlántida, y "Las Leyes" expone la que sería ciudad ideal, que en nuestros días resultaría monstruosa por sus planteamientos eugenicos y dogmáticos. Como dice Mosterín, en esa ciudad, la Academia hubiera sido clausurada de inmediato.

Jesús Mosterín. La filosofía griega prearistotéllica.

sábado, 2 de marzo de 2002

Antes de Platón



1. Mileto 2. Efeso 3. Samos 4. Elea 5. Akragas 6. Klazomenai 7. Abdera 8. Lentini 9. Atenas

En Mileto (1) se inició la filosofía. Thales dijo que el mundo procedía del agua. Anaximandros vio el principio en la lucha. Todo tiene su contrario, el mundo es la lucha de los opuestos. Anaximenes dice que todo viene del aire. El valor de sus teorías es escaso, pero suponen un giro porque tratan de explicar el mundo a partir de supuestos racionales, sin intervención de dioses o mitos.

En Efeso (2) nace Heraklitos que dijo que no es posible bañarse dos veces en el mismo río. El mundo es un constante cambio, la aparente estabilidad se debe a una lógica de los procesos que él llama Logos.

Los pitagóricos constituían una secta y llegaron al poder en la ciudad de Crotone al sur de Italia, luego fueron perseguidos. Pitágoras era de Samos (3) descubrió que la música tenía una base numérica y afirmó que todo en el mundo la tiene.

Parménides nació en Elea (4). Postula que el cambio es imposible: el ser es, el no ser no es, por tanto no hay movimiento ni variedad. Todo es uno. Zenon, posterior él, expresa esta conceptión en paradojas, como la famosa de Aquiles y la tortuga.

En Akragas (5) nace Empedokles. Hereda de los milesios la explicación basada en elementos y de Parménides el dogma de que esos elementos son únicos e inmutables. Las cuatro raíces del mundo son el aire, el fuego, la tierra y el agua. Aplicados al hombre estos explican las enfermedades, la salud, y el temperamento, según domine uno u otro. En un mismo esfuerzo por conjugar el irrompible ser de Parménides con la variada realidad, Anaxágoras de Klazomenai (6) desarrolla una teoría de esencias inmutables, las homeomerías, que componen y explican la variedad del mundo. En su cosmología admite que la luna refleja la luz del sol, y este refleja la de otro cuerpo incandescente.

En la Atenas democrática floreció la oratoria, y con ella la profesión de los que cobraban por enseñarla. Los sofistas sentían poco respeto por la verdad, y aspiraban sólo a la credibilidad y la convicción, por eso proliferaron los demagogos. Protagoras (Abdera, 7) dice que el hombre es la medida de todas las cosas. Admite que hay verdades objetivas, pero otras son meramente subjetivas, y dependen del individuo. Gorgias de Lentini (8) enseñaba a defender cualquier argumento o su opuesto, descree de la verdad en favor de la retórica.

Sócrates siempre vivió en Atenas (9). Su humildad intelectual y su permanente cuestionamiento de las verdades aceptadas crearon una escuela que continuarían Platón y Aristóteles. Pero a diferencia de los sofistas, no se limitó a destruir los prejuicios, en su visión del mundo concibió el bien como una técnica o arete que era posible aprender.

Leukippos nació en Mileto (1) y sabemos de sus ideas a través de su discípulo Demokritos de Abdera (7). Formularon una teoría atomista del universo. De nuevo conjugan el ser inmutable de Parménides con la variedad. Los minúsculos átomos explican la variedad, el cambio, también la percepción, en la cual algunos átomos del cuerpo llegan a nuestros órganos de los sentidos.

La filosofía griega prearistotélica. Jesus Mosterín