"La verdad de las mentiras" es un ensayo sobre la literatura. Vargas Llosa analiza grandes obras de nuestro siglo y también formula una teoría sobre la ficción. No me parece particularmente iluminada, como sí me lo parece la de Kundera, pero la anoto.
El valor de la historia o del periodismo está en su fidelidad a la realidad tal como ha acontecido. Sin embargo la novela no se somete a estas reglas, sino a otras.
La ficción nos completa a nosotros, seres mutilados a quienes ha sido impuesta la atroz dicotomía de tener una sola vida y los apetitos y fantasías de desear mil. Ese espacio entre nuestra vida real y los deseos y las fantasías que le exigen ser más rica y diversa es el que ocupan las ficciones.
Los dictadores, sigue con su reflexión el autor peruano, siempre quieren poner límites a la ficción porque la ficción expresa las aspiraciones de los súbditos.
Quizá no es consciente de la trampa de su reflexión. Porque si la ficción es la expresión de voluntades, esta se impregna inmediatamente de un mensaje. De nuevo la novela, el cine se rebaja a un papel de mero transmisor de credos.
Mario Vargas Llosa. La verdad de las mentiras.
He pensado lo siguiente: para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo. Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que le sucede, y trata de vivir su vida como si la contara.