sábado, 22 de febrero de 2003

El detalle

Los pintores abstractos siempre dejan una duda en los que no somos entendidos sobre un tema ¿saben representar o se refugian en ese estilo para no tener que hacerlo? Con los historiadores que enuncian muchas ideas generales siempre queda una duda parecida. Uno no sabe si generalizan tanto porque han estudiado miles de casos y al final han llegado a una conclusión o si se aprendieron sus abstracciones de memoria y las largan sin pensar.

De Domínguez Ortiz no cabe preguntarse tales cosas, porque siempre empieza con enumeraciones asombrosas de apellidos o de datos para al final darte con toda frescura una conclusión aplastante, contrastada. Domínguez Ortiz no pide ningún acto de fe al lector.

Lo mismo que el buen escritor que no se anda con vaguedades, don Antonio sólo ofrece detalles de cada periodo de la historia de España que recorre con su lupa. ¿Cómo es posible ofrecer tanta riqueza en sólo trescientas páginas? Difícil de explicar. Y difícil también explicar el placer de leerlo.

En el bando opuesto también hay mucho que señalar y criticar, singularmente la pastoral colectiva del episcopado español de 1 de julio de 1937 calificando de Cruzada la guerra que dirigía Franco. Una pastoral desafortunada, tanto por la doctrina como por las consecuencias, aunque puede alegarse en descargo de los autores las circunstancias espantosas en que entonces vivía la Iglesia española. No tienen razón los que hoy exigen a la Iglesia que pida perdón por ello; no tienen razón porque no es lógico que las víctimas pidan perdón a los verdugos.


Antonio Domínguez Ortiz. España Tres milenios de historia.