Cierto señor que había estudiado zen con Bankei era joven y aficionado a las artes marciales. Un día decidió probar las tripas del maestro atacándole repentinamente con una lanza mientras éste estaba tranquilamente sentado.
El maestro zen, con calma, desvió el ataque con su rosario. Después dijo al señor: “tu técnica no está todavía madura; tu mente actuó primero.”
Thomas Cleary. Antología Zen.