domingo, 16 de mayo de 2004

Descanso

Me he tomado un, no sé si, merecido descanso; he leído un poco y me he apasionado con varios libros que dan consejos a escritores y que luego comentaré.

Me planteo a veces si tomé una decisión acertada cuando decidí publicar varias bitácoras en vez de una. A parte de el lector comento cada semana una película en “esa la he visto” (no pinchen, no voy a enlazarme a mí mismo), escribo algún cuento, o lo copio en “el taller” y trato de hablar de la vida en biblioteca de babel. La de prensa (aquí si se puede pinchar) me sirve de almacén para guardar los artículos que pueden desaparecer de la red y quiero conservar, muchos son de Juan José Millás.

Como decía, ahora me planteo si tomé una decisión adecuada. Porque lo que para algunos supone mantener una bitácora yo tengo que multiplicarlo.

En realidad no me supone mucho esfuerzo escribir un post a la semana. Suelo ver una película por lo menos y me gusta escribir, y también me gusta subir algún cuento. De hecho, tener varias bitácoras tiene una ventaja, y es que alguien como yo que tiene rachas de lector, rachas de cuentista o rachas de aficionado al cine, puede dejar de lado una y concentrarse en la otra según le va y luego volver a la primera sin ningún problema.

Por ahí todo iba bien. El problema viene a la hora de personalizarla. He visto como todas las bitácoras, hasta las más especializadas, acababan llenándose del autor. Es un proceso agradable, igual que en una amistad, primero hablas de ornitología, y al final confiesas a la gente que la tripa te molesta un poco, o que la novia te ha dejado. No hace falta revelar gran cosa, entre los amigos basta una pista. Pero... he aquí el problema. Si cuento algo en una bitácora ¿cómo contárselo a los lectores de otra? Si quiero hablar de algo más personal, en cual de ella debo decirlo, ¿en todas? ¿en ninguna? Ya digo que la decisión no era fácil. En el lector tengo, quizá, más amigos que en las demás. Es fácil elegir ésta, el problema es que ahora estoy en mi racha menos lectora. En fin, ya me entienden.

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