Gracias a la informática uno puede guardar y leer una biblioteca en su disco duro o en su cd-rom.
Hay muchos modos de guardar un texto. Por ejemplo el formato Html. La biblioteca Miguel de Cervantes lo ha elegido para sus libros, quizá con la idea de el lector puede conformarse con leer los capítulos en Internet. El mayor defecto de esta idea es que no se presta a una lectura muy personalizada. El libro no es tuyo y no puedes adaptarlo a tus gustos. Algo parecido a leer en un tablón de anuncios.
Los americanos han decidido digitalizar la cultura en dos proyectos enormes en número de volúmenes, se trata de el Proyecto Gutenberg y la Internet Public Library. La segunda almacena sus textos en Html. Gutenberg los guarda como TXT. Este formato podría ser práctico porque es exportable a cualquier otro formato, pero no lo es porque casi todos los textos están escaneados con saltos de línea, es decir, con un retorno de carro al final de cada renglón, como un poema.
Llegamos ya a los dos formatos profesionales. Acrobat Reader permite guardar un texto con un formato y un tipo de letra definido. El autor controla el libro hasta el último detalle, el usuario sólo tiene libertad para imprimirlo. En El Aleph puedes conseguir una extensa biblioteca de libros en ese formato, y en castellano.
Personalmente me quedo con Microsoft Reader. La idea del Reader es que el lector no puede imprimir copias, pero puede leer en el monitor de su ordenador. A diferencia de Acrobat, este formato permite adaptar la letra al tamaño más idóneo para el lector. También deja poner marcadores, subrayados, y anotaciones. España aún no está muy al día en este formato, aunque cualquiera puede convertir un texto. Planeta empezará su aventura este verano. En inglés son recomendables algunas editoriales; Barnes & Noble; La bibliteca de la Universidad de Virginia; Blackmask tiene un fondo muy extenso, pero no tan cuidado en su edición.
Si tu curiosidad por estos libros va más allá, escríbeme.