Los halagos, absolutamente unánimes, que ha recibido de la crítica más prestigiosa de Estados Unidos la novela de Dan Brown crecen a la misma velocidad que sus ventas. El código Da Vinci, una historia de suspense que avanza hacia los mismos orígenes del cristianismo, ha visto más de veintitrés ediciones y ha vendido más de un millón y medio de ejemplares. El libro permanece en las listas de best sellers de The New York Times y de Publishers Weekly desde hace más de medio año (dieciséis semanas se mantuvo en el número uno). La novela se ha traducido ya a treinta idiomas y en España saldrá a la venta con una tirada de 60.000 ejemplares. Un fenómeno editorial, sin duda, como hacía tiempo que no se veía.
El secreto del enorme éxito de este libro se debe a la presencia en él de la ya clásica estructura de la novela de suspense, de un ritmo ágil y de la construcción, dentro de la trama, de un auténtico juego, una especie de rompecabezas, que el lector puede ir descifrando, al mismo tiempo que los protagonistas, gracias a lo cual se siente descubridor de algunos de los mayores secretos de la historia de la humanidad. Porque Dan Brown no se dedica a plantear un asesinato para luego destapar sus claves y presentar su cul-pable. El autor, mucho más ambicioso, conecta la primera muerte del libro con los orígenes del cristianismo, con los negocios sucios de la Iglesia –especialmente del Opus Dei–, y con las claves escondidas en algunas de las más conocidas obras de arte de la humanidad, como la Mona Lisa.
Además, Dan Brown ejerce también de maestro, inicia a los lectores en la interpretación correcta de distintas obras de arte, de símbolos antiguos –la rosa de los cinco pétalos, la estrella de cinco puntas, la flor de lis...–, de momentos de la historia, de leyendas –las del Santo Grial, el tesoro de los templarios, las sociedades secretas...–, además de hacer descripciones realistas del museo del Louvre, la ciudad de París, etcétera.
[Que Leer, Noviembre, 2003]
El código Da Vinci. Dan Brown. Editorial Umbriel. €16,50