El lector ideal subvierte el texto. El lector ideal no se fía de la palabra del escritor.
Todo lector ideal es un lector asociativo. Lee como si todos los libros fueran la obra de un único escritor, prolífico e intemporal.
El lector ideal es politeísta.
Robinsón no es un lector ideal. Lee la Biblia para encontrar respuestas. Un lector ideal lee para encontrar preguntas.
Pinochet, al prohibir Don Quijote por temor a que el libro pudiera leerse como una defensa de la desobediencia civil, fue su lector ideal.
El lector ideal debe estar dispuesto a no sólo suspender su incredulidad sino a adoptar una nueva fe.
Al lector ideal no le preocupan los anacronismos, la verdad documental, la precisión histórica, la exactitud topográfica. El lector ideal no es un arqueólogo.
El lector ideal exige rigurosamente que se mantengan las leyes y reglas que cada libro crea para sí mismo.
El lector ideal es el personaje principal de toda novela.
viernes, 23 de enero de 2004
El lector ideal
Alberto Mangel recogió para Babelia una colección de definiciones del "lector ideal." La he leído varias veces y al final creo que he elegido las que más me gustan a mi.