Prefiero que los detectives no tengan el mismo hilo de pensamiento que sus narradores. Me gusta que no se encuentren al final, porque todos sabemos que son la misma persona. Me gusta que uno se sorprenda del otro. El redactor de nuestras vidas es siempre menos agradecido que el redactor de las novelas que leemos. Prefiero adivinar el final por razones lógicas, no psicológicas. De lo contrario sé que el narrador mira en una dirección porque ahí ha escondido al criminal.
Estoy intentándolo con la novela negra. Me gustan los pequeños relatos que hilvanan el relato mayor de "Aurora Boreal". La historia es la de un pastor sueco que es asesinado de un modo ceremonial. Le cortan las manos y le sacan los ojos después de muerto. Pero son los pequeños relatos sobre su amiga, las niñas, y los hombres, siempre accesorios, que aparecen, los que realmente me intrigan.
Asa Larsson. "Aurora Boreal".
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