miércoles, 29 de agosto de 2018

Novio por una noche

"Good Luck Chuck"

Arround you love will fall like rain
But you shan’t hold it
—Your heart will pain.
Once the girl has been with you
To the next she will be true
Las maldiciones pueden ser discutibles en el mundo real, pero en la ficción tienen la mala costumbre de ser más fiables que las matemáticas.

Una maldición de la infancia, brinda a las chicas que ligan con Charlie, el gran amor de sus vidas justo después; lo cual no es ninguna tragedia, ya que la cola de sus conquistas crece sin parar a la vez que los mensajes de su contestador.

Charlie ha cumplido el sueño más profundo del universo machista, tiene relaciones sin compromiso con todo tipo de mujeres; hasta que conoce a Jessica Alba, la cuidadora de los monógamos pingüinos, a la misma vez que su amigo Stu le confirma que su maldición se ha cumplido en todas sus relaciones. Charlie tiene un problema pues: Si se acerca a la mujer de su vida, será otro quien se la quede.

Por muy absurda que parezca la premisa narrativa de la maldición, hace funcionar con una lógica brillante las dos características más visibles de los machistas tradicionales: el desprecio por las mujeres a las que usan como objetos de usar y tirar, y la obsesión casi enfermiza por una sola a la que colman de una atención desmedida.

En el mundo real, el binomio desprecio hacia todas y posesividad hacia una sola puede explicarse mejor con las fijaciones madre hijo y otras neuras de las que un psicólogo puede hablar con más autoridad. En el mundo de la pantalla, dar con un correlato que hace funcionar esa relación, es una ocurrencia brillante.

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