domingo, 16 de septiembre de 2018

Sucedió una noche. De Frank Capra

Un periodista recién despedido de su diario en la América de la crisis de los años treinta, descubre a una millonaria que huye del férreo control de su padre para reunirse con un amante. El periodista le ofrece ayuda a cambio de una exclusiva para su periódico.

Él desprecia sus modales de señorita y la vida regalada que ha vivido, y le da lecciones sobre la vida, unas veces acertadas, y otras ridículas, pero siempre llenas de ternura, que irán ganando el corazón de la heredera.

En los moteles que visitan deben ahorrar el poco dinero que les queda con habitaciones dobles, así que él construye un muro simbólico con una cuerda y una manta que llama “Las murallas de Jericó”. Capra construye en todas sus películas metáforas y mentiras que son más bellas que la realidad, y, también, más fuertes en un plano narrativo.

Peter (Clark Gable), es un héroe que teje un universo de historias para su protegida de lujo. Es, también, un héroe contenido. Construye un muro de tela para defender la castidad que se vuelve inexpugnable. Reclama al padre su dinero que se reduce a unos dólares, en vez de exigir la recompensa. Es un hombre orgulloso no un aprovechado. Es un héroe para unos tiempos de crisis económica. Un modelo que enseña a todos a vivir con pocos medios y mucha imaginación y a pedir muy poco. Un héroe que exhibe como su gran activo, su capacidad de ponerse límites a sí mismo.

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