Elías dedica un post reciente de su bitácora “La lengua”, al problema tan literario y cinematográfico de la realidad y de la ilusión. Recuerda Matrix, Total Recal y algunos orígenes literarios como Calderón. Es cierto que la lista podría alargarse interminablemente, pero yo me he propuesto hablar de los autores contrarios, de aquellos que quisieron demostrar que este mundo no puede ser soñado.
Como bien cita Borges: “Hume demostró para siempre que los argumentos de Berkeley no admiten la menor réplica y no producen la menor convicción.”
Rusell se dio por vencido sin consolarse. Decía que la posibilidad de que todo lo que sentimos sea falso no puede ser refutada.
Y por fin llego a Sartre, la joya que me encontré este verano. Sartre dice que hay una prueba de que el mundo no es una alucinación: la vergüenza. Si estuviéramos a solas con nosotros y nuestro sueño, entonces no nos importaría que otros nos vieran, porque ellos serían parte de nuestro sueño.
Borges, Discusión. “La postulación de la realidad”.
Bertrand Rusell. Los problemas de la filosofía.
Nigel Warburton. Filosofía básica.
*Nota: Elías, te comento que usé la hora y no el "permalink" para enlazar el post.
;)