miércoles, 21 de julio de 2004

La novela y la historia

A Asimov se le escapa el novelista que lleva dentro siempre que quiere hacer historia. El novelista vive la realidad como una de las posibilidades de la existencia, las cosas son así pero podrían ser de otro modo, y ninguna posibilidad vale más que otra. Al historiador sólo le interesa una de esas posibilidades, la que fue, Asimov se lo pasa en grande imaginando todas las demás:

Si no se hubiera firmado El Tratado del esclavo fugitivo el sur hubiera tenido un número pequeño de fugados, pero el norte no se hubiera escandalizado tanto al ver como se llevaban de sus ciudades a los infelices esclavos.

Si a Taylor y a Polk no los hubiera visitado un matasanos de la época, los dos hubieran sobrevivido.

Si los ingleses le hubieran concedido a EEUU el estatuto de autonomía que luego ofrecieron a Canadá, no hubiera habido una secesión americana.

Si Buchanan no hubiera alentado en un discurso a los estados del sur estos no hubieran ido a la guerra. Pero un mes antes de dejar la presidencia que había ganado Lincoln, Buchanan dijo que La Unión no tenía derecho a impedir la secesión.

Si MacCleland no hubiera sido tan indeciso y precavido; si hubiera invadido de un golpe la capital confederada, Richmond, la guerra de secesión hubiera acabado en un año.

Puede que Asimov tenga razón y puede que exagere. Pero pensar en lo que podía haber ocurrido, aparte de divertir, no arregla nada.

Una de las batallas más sangrientas aparece representada al principio de la película “Cold mountain”. Falta poco para acabar la guerra, y los unionistas tienen cercados por el sur a los confederados.

El 30 de julio todo estaba listo. Después de algunos problemas con la mecha, la pólvora estalló, volando una batería de cañones confederados y varios cientos de hombres. Luego era necesario que las tropas de la Unión atacasen por la grieta de la línea confederada. Por supuesto, la explosión había formado un enorme cráter; 50 metros de largo, por 18 de ancho y 9 de profundidad; así, lo sensato habría sido enviar hombres a ambos lados del cráter, pues los sobrevivientes confederados cercanos al cráter estaban en una total confusión.

Pero Burnside, habiendo echado a perder el apoyo de la artillería, envió a sus hombres dentro del cráter. Mientras trataban de trepar por el reborde más alejado, los confederados se recuperaron y, al ver que había una masa de soldados inermes en un agujero, mataron a todos los que pudieron. El costo para la Unión fue de casi cuatro mil hombres.


Isaac Asimov. Los Estados Unidos desde 1816 hasta la Guerra Civil.

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