Millás reunió sus artículos de los años noventa para El País y otras publicaciones en un libro que tituló “Articuentos”. En estos artículos practicaba una forma de narrar que hoy día ha depurado hasta la perfección. Sus cuentos están envueltos en un ropaje formal impecable, un estilo convincente y fresco, bajo el cual encontramos, cuento tras cuento burlas del sentido común, gamberradas lógicas, mentiras imposibles de creer y barbaridades sin nombre.
El placer de leer los articuentos está en comulgar con sus tesis a pesar de sus mentiras. El lector es consciente de que los argumentos de Millás no pueden convencerlo de sus conclusiones, pero, a pesar de todo, no puede dejar de estar de acuerdo con Millás.
El peligro de tal grado de libertad es que, con frecuencia, sus artículos se quedan sin rumbo. Desprovistos de cordura hay ocasiones en que también se quedan sin significado, como globos que no van a ninguna parte. Ocurre en sus articuentos, y, cada vez menos, en las columnas que escribe los viernes.
Juan José Millás. Articuentos.
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