Cuando Andrés puede hacer algo para cambiar lo que ve, cuando puede hacer algo bueno, se abstiene. Su amigo Julio Aracil tiene una novia a la que engaña para divertirse.
A Hurtado no le gustó la casa; aprovecharse, como Julio, de la miseria de la familia para hacer de Niní su querida, con la idea de abandonarla cuando le conviniera, le parecía una mala acción.
Todavía si Andrés no hubiera estado en el secreto de las intenciones de Julio, hubiese ido a casa de doña Leonarda sin molestia; pero tener la seguridad de que un día los amores de su amigo acabarían con una pequeña tragedia de lloros y de lamentos en que doña Leonarda chillaría y a Niní le darían soponcios, era una perspectiva que el disgustaba.
A Andrés le digustaba y le parecía una mala acción, pero no le dijo nada a su amigo.
El primer destino de Andrés como Médico es un pueblo alejado de Madrid que se llama Alcolea. Andrés critica las costumbres del pueblo. Se queja de la dieta, excesivamente carnívora, de la falta de higiene. Critica los dos partidos políticos, la derecha y la izquierda. Pero no está dispuesto a cambiar nada cuando lo invitan a hacerlo.
Los del Centro republicano le habían dicho que diera unas conferencias acerca de la higiene; pero él estaba convencido de que todo aquello era inútil, completamente estéril.
¿Para qué? Sabía que ninguna de estas cosas había de tener eficacia, y prefería no ocuparse de ellas.
Era mucho más eficaz sentirse disgustado, le falta decir.
Pío Baroja. El árbol de la ciencia.